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Género y diversidad sexual

En las últimas décadas la reivindicación de las diferencias sexuales ha tenido una importancia estratégica a nivel público (leyes, programas, intervenciones) y en la conformación de subjetividades en diferentes ámbitos (político, social y activista). En ese horizonte, la irrupción de la cuestión de la diversidad sexual, a nivel mundial pero particularmente en la acción pública en América Latina y en Chile parece ser un hecho relevante en tanto denota una renovada preocupación del Estado por unas dimensiones de la vida tradicionalmente relegadas al ámbito médico-jurídico. Se ha avanzado en la consolidación de ciertos derechos para colectivos LGTBI pero aún quedan muchas aristas sociales que no han sido consideradas. Sin embargo, esta irrupción podría suponer una doble lectura: por un lado, que responda a una atenuación de las desigualdades existentes y/o, también, a una forma más del poder que se ejerce sobre los individuos y sus cuerpos. De ahí la importancia de continuar problematizando qué se está entendiendo por diversidad sexual, por derechos sexuales y reproductivos no heteronormados, cómo el Estado se hace cargo de asegurar estos derechos a personas LGTBI, cómo se sitúan las agencias de los colectivos LGTBI y las resistencias frente a las lógicas de control y normalización y qué opacidades o sobre-visibilizaciones se plasman cuando se instala una apertura a la ciudadanía sexual. A nivel internacional existe controversia sobre estos sentidos, y de ahí la pertinencia de que la Universidad se instale como promotora de un debate en relación a los efectos psicosociales que se generan y a las nuevas formas de resistencias que se levantan respecto de las posiciones sexo-generizadas.